Los tomates producidos y cosechados en el campo son envasados en el tamaño ideal para su uso en el segmento HORECA.
La frescura de los tomates se envasa pocas horas después de la cosecha en latas de 3 y 5 kg, en bolsas de 3 a 5 kg o en bolsas asépticas de 10 a 21 kg.
Mediante un proceso industrial totalmente automatizado y controlado, se extrae el agua del tomate fresco para concentrar la parte sólida del tomate, optimizando su envasado y conservación.
En este proceso productivo, además de la reducción del agua del tomate -concentración- se utilizan diversas técnicas de fabricación y se emplean distintos equipos que permiten que la misma materia prima fresca se convierta en un producto final con características muy diferentes que permitan la elaboración de productos muy variados en cuanto a color, sabor, textura, aspecto, viscosidad o concentración y que están diseñados según las necesidades de cada cliente.