Lo tomate que cosechamos en el campo se empaquetan en envases industriales y se utilizan como ingrediente para nuestros clientes industriales.
En este proceso productivo, además de la reducción del agua del tomate – concentración – se utilizan diferentes técnicas de fabricación y se emplean diferentes equipos que permiten que la misma materia prima fresca se convierta en un producto final con características muy diferentes que permitirán a nuestros clientes optimizar el proceso de producción y la calidad de sus productos finales.
Así, podemos elaborar productos más o menos concentrados, más o menos viscosos (hot break o cold break– -mediante el uso de diferentes procesos de desactivación enzimática), más o menos refinados (por el uso de un tamiz (colador) o una malla más ancha o más estrecha tendremos un producto más o menos libre de piel (cáscara) y semillas).
Pero también es posible querer un tomate «casi natural», en cuyo caso simplemente quitamos la piel del tomate fresco y lo cortamos en cubos.
Cuando el tomate es el ingrediente de un futuro producto es esencial entender qué producto final quiere producir el cliente, qué resultados quiere obtener con este ingrediente, cuál es el proceso de fabricación, y así diseñar la especificación técnica.
Mediante nuestro proceso productivo nacen productos muy variados en términos de color, sabor, textura, aspecto, viscosidad o concentración, y que, al ser diseñados según las necesidades de cada cliente, constituyen un valor añadido en la cadena productiva de nuestros clientes, sobre todo por la experiencia, conocimiento y tamaño del equipo que trabaja.
28-30 Brix, 30-32 Brix e 36-38 Brix
10-12 Brix; 22-24 Brix, 28-30 Brix e 30-32 Brix
28-30 Brix
22-24 Brix, 26-28 Brix e 28-30 brix
10x10; 12x12; 14x14; 16x16; 19x19 e 20x20 mm (com ou sem adiçaõ de Cálcio)